Tanque o Concentrador de oxígeno: ¿cuál es mejor para tu paciente?

Debido a la contingencia sanitaria de COVID-19 muchas personas tuvieron que requerir oxigenación artificial sumados a los pacientes que ya presentaban problemas respiratorios previos. Ante esta necesidad surge la pregunta de qué es mejor, si un tanque o un contenedor de oxígeno.

Para resolver esta pregunta primero debemos de hablar de las características de cada uno.

Tanque de oxígeno

Es utilizado por pacientes con problemas respiratorios. Su uso principal es en hospitales y centros de salud, pero debido a la contingencia sanitaria de COVID-19 su uso en casa habitación ha crecido considerablemente. Cuentan con una cantidad preestablecida de oxígeno, el tanque más grande es de 6.000 L que dependiendo del uso que se le de, será su tiempo de vida.

Por otra parte, el tanque de oxígeno debe recargarse una vez que se agote su contenido. En promedio un cilindro consume un litro por cada minuto que se utilice. 

Existen contenedores muy pequeños que facilitan al cuidador y al paciente transportarlo sin ningún problema, pero su tiempo de duración es mucho menor que el de un tanque de oxígeno convencional.

El tanque se ve afectado si al momento de rellenarlo no se tuvieron los cuidados adecuados. Ya que se puede contaminar el contenido depositado dentro de él, dañando a su vez la oxigenación que inhala el paciente.

Como indicación adicional no puede ser utilizado en  el mismo lugar donde se encuentren fumadores. También se debe tener cuidado de  no colocarlo debajo de muebles, cobertores, ropa o algún otro elemento que impida la salida del oxígeno.

 El concentrador de oxígeno

Es un dispositivo portátil que filtra el aire que se encuentra en el exterior, para crear oxígeno puro al instante. Es una herramienta que brinda múltiples soluciones a los pacientes, pues es una opción más económica, segura y práctica para las personas que sufren enfermedades respiratorias.

Estos dispositivos cuentan con una batería que permite cargarlos  en cualquier  lugar e incluso se pueden usar mientras estén cargándose. Dependiendo del concentrador será la durabilidad que éste tenga (puede variar entre las 6 a 10 horas de uso constante).

Los contenedores a diferencia de los tanques, pueden recargar su contenido de oxígeno en todo momento sin necesidad de pagar un costo extra; aparte su tiempo de vida es considerablemente más prolongado.

Cuenta con un sistema que regula la salida del gas; para sólo emitir oxígeno cuando el paciente está inhalando directamente. Existen otro tipo de contenedores, los cuales suministran oxigenación en todo momento, pero este dispositivo en específico sólo será para pacientes con problemas más graves de respiración.

Los concentradores son dispositivos muy ligeros, que pueden llevarse con facilidad a todos lados. Permite a los pacientes y a los cuidadores poder trasladarse a cualquier sitio sin preocuparse por el peso del dispositivo. 

Una ventaja importante a considerar es su costo. Si bien los tanques son más económicos deben estar recargándose constantemente y esto genera un mayor gasto con el tiempo. A diferencia de  los concentradores, que a pesar de tener un costo más elevado, tienen la virtud de recargar oxígeno de manera automática evitando los gastos futuros.

Cabe destacar que los dos requieren un flujómetro, humidificador, manómetro y cánula para su funcionamiento.

Respondiendo la pregunta, de ¿cuál es mejor? Debemos considerar que el objetivo de ambos, es lograr una concentración más alta de oxígeno que lo que proporciona el ambiente. Cada uno tiene sus propios beneficios; para elegir entre uno u otro el paciente debe analizar sus actividades, necesidades y sobre todo su tipo de enfermedad.